Entre en calor para comenzar el día

Al despertarse por las mañanas, estírese lentamente, como hacen los gatos, unas cuantas veces. Este sencillo ejercicio de calentamiento puede aumentar la flexibilidad de los discos, estirar los músculos de la espalda y ayudar a prevenir lesiones.

Cambie de posición a menudo

En el trabajo y en su casa, cambie de posición a menudo para evitar que se le entiese el cuerpo. Póngase de pie, o reclínese mientras está sentado. Si puede, párese y dé unos cuantos pasos cada media hora.

Adopte buenos hábitos

Aquí tiene algunas sugerencias:

• Mantenga un peso adecuado. Si usted pesa demasiado, su espalda tendrá que hacer esfuerzos excesivos. Con que pierda aunque sea algunos kilos, podrá mejorar mucho.

• Trate de no excederse al comer. Aprenda sobre el tamaño de las porciones. Tenga en cuenta que el tamaño de cada porción depende del alimento y del grupo alimenticio. Muchos alimentos indican el tamaño de las porciones en la etiqueta.

• Para tratar las molestias en la espalda, aplíquese frío las primeras 24 a 48 horas y calor de allí en adelante. Póngase siempre un paño delgado entre la piel y la fuente de frío o calor.

• Para controlar el dolor, tome sus medicamentos tal como le indicaron. Asegúrese de leer siempre las etiquetas. Llame a su proveedor de atención médica o farmacéutico si tiene alguna pregunta.

Camine todos los días

Haga una caminata diaria para conservar la flexibilidad y la fuerza de los músculos de la espalda y los muslos. De esta forma, su espalda contará con mejor apoyo. Al caminar, asegúrese de mantener la alineación de las tres curvas dorsales. Para eso, mantenga su cabeza, su cadera y los dedos de sus pies conectados por una línea vertical.